Originaria de la India y Oriente Próximo, tiene un sabor refrescante y balsámico y un olor agradable, fuertemente aromático y legeramente dulzón.
En el medievo la albahaca era una planta muy empleada para tratar males como la depresión, las verrugas, el resfriado común o mitigar los dolores de parto tal como recoge el ilustre alquimista, conocido médico de reyes y papas, Arnau de Vilanova en su libro de recetas mágicas 'Thesaurus pauperum', donde se indica que su olor incrementa el dolor de cabeza. Popularmente atraía el mal de ojo, ya que quien quisiera demostrar su enemistad a alguien le ofrecía públicamente un ramillete de esta planta. En contraposición mantiene su asociación con el amor, por lo que las doncellas colocaban un ramillete en la ventana con el fin de atraer a sus enamorados.
Si se presenta seca, podemos recuperar el sabor y aroma friéndola en aceite. La añadiremos siempre al principio de la cocción para obtener todo su aroma y sabor.
En pizza añadir cinco minutos antes de sacarla del horno.
Se usa en:
Platos de pasta, guisos, sopas de verduras, carne, ensaladas, quesos y salsas (pesto), pero sobre todo se emplea en la cocina italiana.
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